Ramin
Jahanbegloo, filósofo
iraní, es catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Toronto.
Traducción de María Luisa Rodríguez
Tapia.
La agitación y la violencia recientes por la difusión de una película
que ridiculiza al profeta Mahoma ha vuelto a agravar los malentendidos y las
malas interpretaciones entre Occidente y el mundo islámico. Los grandes medios
de comunicación acentúan esta mutua ignorancia e intolerancia al hacer hincapié
en el falso relato del islam contra Occidente. Hasta tal punto que, para muchos
de nosotros, se ha vuelto habitual pensar que la única relación posible entre
el mundo islámico y Occidente consiste en un ciclo de conflictos políticos y
culturales.
Es indudable que, durante siglos, los extremistas de
ambas partes han cultivado este juego de agrupar y reducir a estereotipos a
musulmanes y occidentales respectivamente, pero cualquier persona abierta que
estudie el islam y Occidente comprende que la mayor fuente de equívocos no es
religiosa ni cultural sino política. Las fricciones engendradas por la política
exterior estadounidense en Oriente Próximo, los asuntos relacionados con la
geopolítica del Golfo Pérsico, el conflicto israelo-palestino y la política de proselitismo
islámico en Asia occidental invaden el terreno cultural y producen una
polarización de las identidades en la que el valor esencial y las creencias del
“otro” se consideran problemáticos y amenazadores. Como consecuencia, en la
conflictiva relación entre algunos occidentales y algunos musulmanes, existe
una convicción cada vez más extendida sobre la inutilidad y la ausencia de
diálogo entre Occidente y el islam.
¿Pero cómo es posible que la
generalización de la conocida tesis del “choque de civilizaciones” explique
mejor las razones de ese enfrentamiento a los responsables políticos y la
opinión pública sin repetir de manera incondicional los estereotipos
provocadores y sensacionalistas popularizados por los propulsores de la “guerra
contra el terrorismo islámico” y el lema “abajo los occidentales blasfemos”?
Existen numerosas pruebas que permiten demostrar que,
a la hora de atacar el islam o a Occidente, los intolerantes de ambos bandos
estarían encantados de utilizar casi cualquier mentira. Los occidentales que no
conocen el islam no tienen ningún deseo de comprender ni tolerar a los
musulmanes porque se imaginan el islam como una religión de violencia que
acabará por destruir y devorar Europa. De lo que tal vez no son conscientes
esos occidentales es de que la civilización islámica tuvo una influencia
decisiva e irresistible en la cultura europea. La Divina Comedia de Dante
contenía referencias al profeta Mahoma, Avicena y Averroes. Había libros como
el Corán en las bibliotecas reales, por ejemplo la Bibliothèque Royale de
Fontainebleau, y se pensaba que los manuscritos persas y árabes eran
la clave para interpretar el conocimiento antiguo. La experiencia del islam en
Andalucía constituye una culminación de las civilizaciones europea e islámica y
un punto de referencia en el que se hicieron realidad muchos de los principios
del diálogo interconfesional e intercultural, en un proceso de mutua
comprensión que partía de un proceso de escucharse recíprocamente.
Hoy, sin embargo, tanto el islam como Occidente
padecen un grave caso de intolerancia. En Occidente, muchos estereotipos y
muchas informaciones falsas que contribuyen a la islamofobia tienen sus raíces
en un miedo al islam que presenta esa religión como un bloque monolítico,
estático, salvaje, irracional, amenazador y resistente al cambio. El miedo al
islam se ha convertido en un fenómeno social en Occidente, y el 11-S convirtió
la imagen del musulmán invasor en la del musulmán terrorista.
El miedo moderno al islam no es solo resultado de un
anti-islamismo cristiano, sino de una relación laica con el islam y los
musulmanes. La islamofobia, en el mundo contemporáneo, deriva de una visión
culturalista y esencialista del islam que lo considera no como una forma de
espiritualidad sino como una cultura totalizadora que representa una amenaza
contra la cultura universalista de Occidente. La islamofobia es más fuerte en
las culturas occidentales con una firme convicción de que tenemos la misión
republicana, laica y universalista de excluir o asimilar todas las prácticas
religiosas anticuadas. Por eso, los intentos de prohibir el hiyab y el niqab no
son solo muestras de discriminación sino que alimentan el sentimiento
antimusulmán que se extiende en determinados círculos de Europa y Norteamérica.
Pero esa falsa representación del islam va paralela a
una falsa representación de Occidente. Es decir, la “islamofobia”, o miedo a la
marea islámica, tiene el contrapeso de una “occidentofobia” permanente entre
los musulmanes radicales. Desde que la globalización se convirtió en sinónimo
de occidentalización, muchos musulmanes radicales sienten inquietud ante la
cultura occidental.
Aunque las versiones apocalípticas, violentas y del
otro mundo, que glorifican la muerte y viven solo en nombre de una utopía
islámica, no representan más que a unas minorías diminutas entre los musulmanes
de todo el mundo, la opinión pública mundial parece considerar sus actitudes
hostiles en unos cuantos países musulmanes como lo más representativo del
discurso islámico general, y eso crea un clima que lleva a la ausencia de
diálogo y la violencia extrema.
Es prematuro suponer que el islam pluralista se ha
quedado sin fuerzas. Pero un islam pluralista que esté perpetuamente marginado
no sirve de nada para nadie. ¿Cómo pueden distinguir las sociedades
occidentales entre los musulmanes pluralistas que buscan sitio para sus
creencias y tradiciones en un marco democrático y de diálogo y los seguidores
de una corriente empeñada en la destrucción de ese marco?
Tal vez un buen punto de partida es reconocer que
muchos musulmanes de todo el mundo han alzado su voz contra la violencia y a
favor de soluciones espirituales y no violentas, el diálogo y la paz, pero
comprender que con sus palabras no han logrado frenar el aluvión. Son voces que
es necesario oír, amplificar y difundir en Occidente y en el mundo musulmán. Y
también es preciso enseñar más sobre los musulmanes y sus culturas en las
escuelas europeas, para acabar con la idea de que son un pueblo exótico y
extraño. Además, tiene que haber más musulmanes pluralistas y no violentos
visibles en la vida pública y los medios de comunicación de Occidente, con el
fin de encontrar una tercera vía para resolver los choques entre las
interpretaciones occidentales de la libertad personal y las interpretaciones
islamistas de los derechos y deberes de los musulmanes.
Quizá ha llegado la hora de que las sociedades
occidentales comprendan que lo que más interesa a todo el mundo es no solo
encontrar el equilibrio entre las expresiones de la identidad musulmana y la
idea laica y republicana de Occidente, sino tomar medidas concretas para
eliminar los malentendidos y las interpretaciones erróneas que han contribuido
a dar una imagen negativa de los musulmanes como gente violenta, hostil y
culturalmente inepta para la democracia. Y asimismo, e igual de importante,
mientras existan Gobiernos musulmanes deseosos de fomentar la ira contra
Occidente por incidentes como una película que se burla del profeta Mahoma, las
caricaturas en Dinamarca, unos soldados estadounidenses que profanan ejemplares
del Corán y un pastor evangélico norteamericano que amenaza con quemar el libro
sagrado, serán muchos los que en todo el mundo, incluidos musulmanes, sigan
creyendo que la autocracia es un rasgo intrínseco del futuro político de las
sociedades musulmanas.
http://elpais.com/elpais/2012/10/01/opinion/1349085105_334469.html
بقلم:
الفيلسوف الإيراني رامين جاهان بيغلو، مُدرّس العلوم السياسية في جامعة تورنتو.
ترجم المقال
إلى الإسبانيّة: ماريّا لويسا رودريغيث تابيا
ساهمت الاضطرابات والعنف الناشيء جرّاء عرض فيلم يهزأ
بمحمد (هذا المقال منشور العام 2012) بتفاقم سوء الفهم والتفسيرات الخاطئة بين
الغرب والعالم الإسلاميّ. تعكس وسائل الإعلام هذا الجهل والتشدُّد، عندما تصرّ على
إبراز رواية خاطئة عن إسلام مناهض للغرب. لدرجة أنّ الكثيرين منّا، اعتادوا على
التفكير بأنّ العلاقة الوحيدة الممكنة بين العالم الإسلامي والغرب: تقوم على سلسلة
من صراعات سياسية وثقافية لا نهاية لها.
دون شكّ، وخلال قرون، زرع المتطرِّفون لدى الجانبين لعبة
استقطاب تقوم على صورة نمطية للمسلمين والغربيين على التوالي، لكن أيّ شخص مُنفتح
يدرس الإسلام والغرب، سيفهم بأنّ مصدر تلك المغالطات لا يكون ديني ولا ثقافي بل
سياسيّ.
وهذا ما سببته السياسات الأميركية الخارجية في منطقة
شرق المتوسط، في قضايا مرتبطة بالجغرافيا السياسية للخليج العربي، في الصراع
الإسرائيلي الفلسطيني بالإضافة إلى انتشار الدعوة الإسلامية في آسيا الغربية
باعتبارها غزو ثقافي يُنتِجْ استقطاب لهويات تعتبر "الآخر" إشكالي
ومُهدِّدْ.
كعاقبة، للعلاقة الخلافية بين بعض الغربيين وبعض
المسلمين، هناك قناعة متنامية بعقم وغياب الحوار بين الغرب والإسلام.
كيف يمكن لتعميم الإطروحة الشهيرة "صدام الحضارات" تقديم تفسير أفضل لأسباب المواجهة بوصفها مسؤولية السياسيين والرأي العام، دون تكرار، غير مشروط، للصور النمطية التحريضية الشعبوية لمؤيدي "الحرب ضد الإرهاب الإسلامي" وشعار "يسقط الغربيون الكفّار"؟
يوجد الكثير
من الأدلة، التي تسمح بإثبات إقدام المتشددين الغربيين والمسلمين على استخدام أيّة
كذبة، في اللحظة التي يحدث بها هجوم على الإسلام أو على الغرب.
فالغربيون
الذين لا يعرفون الإسلام، لا يمتلكون أيّة رغبة بفهم المسلمين أو التسامح معهم،
لأنهم يتخيلون الإسلام كدين عنف يهدف إلى تدمير والتهام أوروبا. ما لا يعيه أولئك
الغربيين:
هو تأثير الثقافة الإسلامية الكبير في الثقافة الأوروبية.
لقد احتوت
الكوميديا الإلهية لدانتي إشارات إلى النبيّ محمد، ابن سينا وابن رشد.
حضر كتاب
القرآن في المكتبات الملكية الأوروبية، مثل المكتبة الوطنية الفرنسية،
وفكروا وقتها بأنّ ترجمة المخطوطات العربية والفارسية أمر مهم لاكتشاف المعارف
القديمة.
تشكل تجربة
الإسلام في إسبانيا، سيما في الأندلس، تتويج للثقافتين الأوروبية والإسلامية ونقطة
علاّم طالت إرساء مباديء حوار ديني وثقافي تعددي، بظلّ عملية فهم متبادل.
بيومنا هذا،
مع ذلك، تسود حالة تشدُّد خطيرة في العالمين الغربي والإسلامي.
ففي الغرب،
نجد الكثير من الصور النمطية والمعلومات الخاطئة، التي تُفاقم من وضع
الإسلاموفوبيا، التي نجد جذورها في الخوف من الإسلام بوصفه كتلة موحدة همجية
لامنطقية مُهدِّدة ومُقاومة للتغيير.
فقد تحول الخوف من الإسلام إلى ظاهرة إجتماعية
في الغرب، وقد حوَل الحادي عشر من أيلول صورة المسلم من الغازي إلى الإرهابي.
لا يعود
الخوف الحديث من الإسلام للعداء المسيحي الغربي للإسلام فقط، بل للعلاقة العلمانية
بالإسلام والمسلمين.
ترد الإسلاموفوبيا، في العالم المعاصر، من رؤية ثقافية
وجوهرية عن الإسلام، الذي لا يُنظَرْ له كشأن روحي بل كثقافة شمولية تمثل تهديد ضد
الثقافة الكونية الغربية.
الإسلاموفوبيا أكثر قوّة في الثقافات الغربية
بوصفها قناعة راسخة بامتلاك مهمة جمهورية، علمانية وكونية لاستبعاد أو استيعاب كل
الممارسات الدينية المتخلفة.
لأجل هذا، محاولات حظر الحجاب والنقاب ليست سوى
عيّنات بسيطة للتمييز، والتي تقوم بتغذية مشاعر العداء للمسلمين، الذي، بدوره، يزداد في دوائر محددة في أوروبا وشمال
أميركا.
لكن، هذا
التمثيل الخاطيء للإسلام، يترافق مع تمثيل خاطيء للغرب.
ما يعني أنّ
الإسلاموفوبيا، تمتلك وجه معاكس هو "الغربوفوبيا" المنتشر بين المتشددين
المسلمين. منذ أن تحوّلت العولمة لمرادف للغرْبَنَة، يشعر كثير من المتشددين
المسلمين بالقلق إزاء الثقافة الغربية.
على الرغم
من أنّ الإصدارات العنفية الإسلامية وتمجيد الموت والعيش في يوتوبيا إسلامية:
لا
تمثّل إلاّ أقليّة قليلة جداً من المسلمين المنتشرين بكل أنحاء العالم، يبدو أنّ
الرأي العام العالميّ يعتبرهم ممثلين للخطاب الإسلامي العام، ويخلق هذا مناخ يقود
إلى إنحسار الحوار وإزدياد التطرُّف العنفيّ.
من السابق
لأوانه افتراض أن الإسلام التعددي، قد فقد كلّ قواه. لكن، الإسلام التعددي
المُهمّش، بشكل مستمر، لن يخدم أحد. كيف يمكن للمجتمعات الغربية التمييز بين
المسلمين التعددين الباحثين عن مكان لعقائدهم وتقاليدهم في مجال ديموقراطي حواري
والتابعين لتيار امتهن تدمير هذا المجال؟
ربما،
نقطة الإنطلاق الجيّدة، هنا، هي إدانة كثير من المسلمين، بتعدد مذاهبهم وفي كل
أنحاء العالم، للعنف وقتل الأبرياء أينما كان، بل ويدعون إلى الحوار وإقامة
السلام، لكن، لم تتمكن كلماتهم من حصد نتائج مطلوبة.
هي أصوات من الضروري
الإستماع لها، تعميمها وتوسيع نطاق تأثيرها في الغرب وفي العالم الإسلامي. وكذلك، تقديم معلومات صحيحة أكثر حول المسلمين وثقافاتهم في المدارس
الأوروبية أمر مهم، وذلك كي ننتهي من الفكرة التي تقول أنهم شعب عجيب غريب.
كذلك، يجب إظهار
مسلمين تعددين لاعنفيين بصورة أكبر وفي الحياة العامة ووسائل الإعلام في الغرب،
وذلك بقصد العثور على طريق ثالث يتجه نحو حلّ التصادم بين التفسيرات الغربية
للحرية الشخصية والتفسيرات الإسلامية لحقوق وواجبات المسلمين.
ربما حانت
الساعة كي تفهم المجتمعات الغربية أن ما هو الأهمّ بالنسبة لكل العالم:
ليس إقرار توازن بين التعبيرات عن الهوية الإسلامية وفكرة علمانية وجمهورية الغرب
فقط، بل باتخاذ قرارات ملموسة لإلغاء سوء الفهم والتفسيرات الخاطئة، التي أنتجت
الصورة السلبية للمسلمين بوصفهم أناس عنيفين، عدائيين وغير جديرين بالديموقراطية.
وهكذا، وبذات
الأهمية، في حال وجود حكومات إسلامية راغبة بتشجيع الغضب المناهض للغرب جرّاء عرض
فيلم أو الإستهزاء بأيّة صورة أخرى مثل الكاريكاتير وممارسات أخرى مهينة للمسلمين،
سيؤدي هذا إلى تمسُّك الكثيرين في العالم، بما فيهم مسلمين، بالحكم الأوتوقراطي
كسمة أصيلة للمستقبل السياسي في المجتمعات الإسلامية.
ليست هناك تعليقات:
إرسال تعليق