Todos conocemos la importancia que los fósiles tienen para la ciencia,
aquellos restos convertidos en piedra luego de un proceso de miles a
millones de años han permitido a los científicos conocer más acerca del
pasado de los seres vivos, su desarrollo e incluso sobre especies
extintas que nunca convivieron con el ser humano, como los dinosaurios.
Pero no todo lo que se convierte en fósil tiene un origen óseo, sino que
también lo hace materia fecal, dando origen a los llamados coprolitos,
conozcamos un poco más sobre ellos entonces.
Los coprolitos o fósiles de materia fecal
Quizás el nombre científico no denote mucho sobre el material del que están formados este tipo de fósiles –excepto si se conoce el significado del prefijo copro, -excremento- pero para muchos paleontólogos e investigadores han sido de gran ayuda para desenterrar misterios relacionados no sólo con la alimentación de antiguas especies, sino con su forma de vida, enfermedades e incluso para descubrir elementos orgánicos de otros organismos.
Obviamente, en concordancia con el tamaño de la especie que los produjo, el tamaño de estas piezas puede variar desde unos pocos centímetros a varios metros, perteneciendo estos últimos a especies de vertebrados gigantes que poblaron la Tierra en otras eras, como los dinosaurios o los mamuts. Algo que resulta llamativo, es que la mayoría de los coprolitos que se conservan en buen estado pertenecen a depredadores y carnívoros y esto se debe a que el fósforo y el calcio de los huesos de sus víctimas son excelentes compuestos para la preservación y formación de los fósiles.
Algunos descubrimientos fascinantes
Uno de los ejemplos que ilustran la importancia de los coprolitos para la ciencia es el hallazgo en unas cavernas de Sudáfrica de los cabellos humanos más antiguos dentro de materia fecal fosilizada de hienas prehistóricas. Gracias a esto, pudieron encontrarse restos humanos que databan de 200.000 años atrás, mientras que los más antiguos que se conocían hasta ese momento tenían 9.000 años de antigüedad. Por la época aproximada a la que pertenecían los restos, probablemente haya sido un Homo heidelbergensis, el antepasado homínido el que fue atacado por la hiena, o bien su cadáver.
Otro descubrimiento sobre las costumbres alimentarias del Tyrannosaurus rex se logró gracias al análisis de sus coprolitos, donde se hallaron huesos molidos en pequeños fragmentos, lo que develó que estas bestias gigantes no sólo pulverizaban a sus víctimas con sus filosos dientes y que sus procesos digestivos no eran muy abrasivos, como en otras especies.
http://www.ojocientifico.com/4126/coprolitos-informacion-en-heces-fosiles
Los coprolitos o fósiles de materia fecal
Quizás el nombre científico no denote mucho sobre el material del que están formados este tipo de fósiles –excepto si se conoce el significado del prefijo copro, -excremento- pero para muchos paleontólogos e investigadores han sido de gran ayuda para desenterrar misterios relacionados no sólo con la alimentación de antiguas especies, sino con su forma de vida, enfermedades e incluso para descubrir elementos orgánicos de otros organismos.
Obviamente, en concordancia con el tamaño de la especie que los produjo, el tamaño de estas piezas puede variar desde unos pocos centímetros a varios metros, perteneciendo estos últimos a especies de vertebrados gigantes que poblaron la Tierra en otras eras, como los dinosaurios o los mamuts. Algo que resulta llamativo, es que la mayoría de los coprolitos que se conservan en buen estado pertenecen a depredadores y carnívoros y esto se debe a que el fósforo y el calcio de los huesos de sus víctimas son excelentes compuestos para la preservación y formación de los fósiles.
Algunos descubrimientos fascinantes
Uno de los ejemplos que ilustran la importancia de los coprolitos para la ciencia es el hallazgo en unas cavernas de Sudáfrica de los cabellos humanos más antiguos dentro de materia fecal fosilizada de hienas prehistóricas. Gracias a esto, pudieron encontrarse restos humanos que databan de 200.000 años atrás, mientras que los más antiguos que se conocían hasta ese momento tenían 9.000 años de antigüedad. Por la época aproximada a la que pertenecían los restos, probablemente haya sido un Homo heidelbergensis, el antepasado homínido el que fue atacado por la hiena, o bien su cadáver.
Otro descubrimiento sobre las costumbres alimentarias del Tyrannosaurus rex se logró gracias al análisis de sus coprolitos, donde se hallaron huesos molidos en pequeños fragmentos, lo que develó que estas bestias gigantes no sólo pulverizaban a sus víctimas con sus filosos dientes y que sus procesos digestivos no eran muy abrasivos, como en otras especies.
http://www.ojocientifico.com/4126/coprolitos-informacion-en-heces-fosiles
كلنا
نعرف أهميّة الأحفوريات علمياً، والتي تتشكّل من بقايا متحجرة لعملية
طويلة ممتدة لآلاف وملايين الأعوام، وقد سمحت للعلماء بامتلاك معرفة أكبر
عن ماضي الكائنات الحيّة، نموّها وحتى عن الأنواع المُنقرضة، والتي
لم يعش معها الكائن البشريّ، مثل الديناصورات على سبيل المثال لا الحصر.
لكن، ليس كل ما يتحوّل لأحفور، يمتلك أصل عظميّ، بل كذلك، يمكن للفضلات
البرازيّة أن تتحجَّر مُعطية الأصل لما يسمى كوبروليت، وهو ما
سنتحدث عنه الآن.
أحفوريات البُراز أو الكوبروليت
ربما لا ينطبق الإسم العلميّ، كثيراً، على المادة التي تشكِّل هذا النوع من الأحفوريات – باستثناء معرفة معنى القسم copro من المُصطلح والذي يعني – بُراز - حيث أنّه بالنسبة لكثير من علماء الإحاثة والباحثين، تساعد هذه الأحفوريات بكشف أسرار لا تخصّ تغذية أنواع قديمة فقط، بل تطال طبيعة حياتها وأمراضها وحتى إكتشاف عناصر عضوية عند كائنات حيّة أخرى كذلك.
بكل وضوح، وبما يوافق حجم النوع الحيّ الذي أنتجها، يمكن أن يتغيّر حجم تلك القطع البرازية من بضع سنتمترات لبضعة أمتار، وتنتمي هذه الأخيرة لانواع حيّة فقاريّة ضخمة سكنت الأرض بعصور أخرى، كالديناصورات والماموث.
ربما لا ينطبق الإسم العلميّ، كثيراً، على المادة التي تشكِّل هذا النوع من الأحفوريات – باستثناء معرفة معنى القسم copro من المُصطلح والذي يعني – بُراز - حيث أنّه بالنسبة لكثير من علماء الإحاثة والباحثين، تساعد هذه الأحفوريات بكشف أسرار لا تخصّ تغذية أنواع قديمة فقط، بل تطال طبيعة حياتها وأمراضها وحتى إكتشاف عناصر عضوية عند كائنات حيّة أخرى كذلك.
بكل وضوح، وبما يوافق حجم النوع الحيّ الذي أنتجها، يمكن أن يتغيّر حجم تلك القطع البرازية من بضع سنتمترات لبضعة أمتار، وتنتمي هذه الأخيرة لانواع حيّة فقاريّة ضخمة سكنت الأرض بعصور أخرى، كالديناصورات والماموث.
هناك شيء ملفت للإنتباه، يتمثّل بأنّ غالبية الكوبروليت
المتحجّرة والمحفوظة بشكل جيّد تعود لمفترسين ولاحمين، ويعود هذا للفوسفور
والكالسيوم بعظام الفرائس، والتي تشكِّل مركبّات ممتازة لحفظ وتكوين
الأحفوريات.
بعض الاكتشافات المميِّزة
من بين الاكتشافات التي تُضيء على أهميّة الكوبروليت علمياً، العثور على شعر بشريّ، هو الأقدم، ضمن بُراز متحجِّر يعود لضباع ما قبل تأريخيّة في بعض كهوف جنوب أفريقيا. وبفضل هذا الإكتشاف، أمكن العثور على بقايا بشرية تعود لما قبل 200000 عام، بينما عُرِفَ أقدم شعر بشريّ سابقاً لفترة تعود لما قبل 9000 عام. ونسبة للفترة التقريبيّة التي تنتمي لها تلك البقايا، فمن المرجّح أنها تعود لإنسان هايدلبيرغ كسلف شبه إنسان، افترست الضباع بعض أفراده أو أكلت جثثهم.
تحقق إكتشاف
آخر متعلِّق بالعادات الغذائيّة للديناصور التيرانوصور،
بفضل تحليل كوبروليتاته (أحفوريات برازه)، حيث عثروا على عظام مطحونة على
شكل قطع صغيرة، وبهذا، كشفوا أن تلك الكائنات الضخمة لم تُهشِّم ضحاياها
بأسنانها فقط، بل بدت عملياتها الهضميّة فعّالة للغاية، كما هو الحال
عند كائنات حيّة أخرى.
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