Pronto se celebrará el Día de la Madre y es el momento
perfecto para repasar lo fundamental que este rol social ha supuesto en la
historia evolutiva de nuestra especie.
Según la Teoría de la Eva mitocondrial, todos los humanos
actuales descendemos de un pequeño grupo de mujeres que vivieron hace unos
190.000 años en la zona oriental del continente africano. La evidencia se
encuentra en un pequeño fragmento de ADN que poseemos todas las etnias del
planeta tierra, transmitido por vía materna. Pero la historia de este
fantástico viaje que ha supuesto la relación madre-cría en la evolución de los
humanos y otros primates comenzó varios millones de años antes.
En los mamíferos, la responsabilidad del cuidado recae
principalmente en las madres (95% de las especies conocidas). Las teorías
clásicas apuestan por la aparición del cuidado materno debido a que los hombres
no somos fiables. La tendencia a cazar, luchar e irnos con otras mujeres nos
convierte en unos progenitores que proporcionan escasa seguridad a la hora de
aportar los 13 millones de calorías que, el antropólogo Hillard Kaplan, ha
calculado que son necesarias para criar a un humano hasta el momento de su
independencia.
La maternidad es un sistema de inversión parental clave
para nuestra adaptación que no poseen todas las especies del Reino Animal. En
peces, es frecuente que sea el padre el encargado del cuidado y crianza de la
descendencia. En el caso de las aves, predomina el modelo en el que ambos sexos
cooperan por igual. Pero estos animales no dependen tanto de los conocimientos
de otros individuos para sobrevivir como nosotros.
Sin la existencia del cuidado maternal, los primates
probablemente nos hubiéremos extinguido hace millones de años o simplemente no
seríamos la especie tan exitosa que representamos hoy en día. A diferencia de
otros animales, los grandes simios nacemos con pocas habilidades para
comportarnos en grupos tan complejos como en los que vivimos. Las primeras
lecciones sociales las aprendemos de nuestras madres.
En una visita reciente al Bioparc de Valencia, el biólogo
responsable de primates Rubén Pardo, me contó que Mirinda, una hembra chimpancé
solía poner límites al comportamiento de su cría Kimbo. Kimbo tenía la mala
costumbre de hacer demostraciones de fuerza que copiaba de los adultos, pero
que eran peligrosas ya que no correspondían a su edad ni poder. Mirinda solía
parar de raíz estas conductas agarrándole, dándole a entender que no era lo
adecuado. Es peligroso despertar la agresividad de otros machos adultos si no
puedes hacerles frente.
Además, es necesario aprender a defenderse y obtener
recursos del entorno. Esta flexibilidad tan característica de la especie humana
supone una ventaja en ambientes cambiantes y complejos, ya que podemos aprender
de la experiencia de otros, pero también es una desventaja porque dependemos
muchos años de individuos que deben invertir gran cantidad de tiempo y energía
en nosotros.
En la relación madre-cría también se produce un
desarrollo emocional que jugará un papel clave en el futuro, tanto en la vida
social como personal. En varios experimentos realizados por Harry Harlow sobre
la importancia del apego con las madres para los primates, se demostró que unos
macacos recién nacidos preferían estar con una falsa madre de trapo a una de
frío metal, aunque esta última portaban un biberón.
Los resultados obligaron a modificar protocolos de trato
en orfanatos y hospitales, con el objetivo de proporcionar mayor contacto
físico a los bebés. Pero este papel afectivo no lo ha de cumplir necesariamente
la madre biológica. En los casos de chimpancés huérfanos, suele ocurrir que una
hermana de la madre u otra hembra no emparentadas asumen el cargo con gran
entusiasmo.
Muchos primates mantenemos el vínculo con nuestras madres
de por vida. Los bonobos continúan el contacto con sus madres pasados muchos años.
En la mayoría de las sociedades humanas ocurre lo mismo. Las visitamos de
manera periódica o mantenemos el contacto por teléfono e internet. En
chimpancés, también hay registrados casos de relaciones de larga duración entre
madres y sus hijos.
Sobre la base de la experiencia de la relación
madre-cría, interpretamos y exploramos el mundo que nos rodea. Se ha demostrado
que el estilo de apego que mantenemos con nuestras madres influye en la
curiosidad, la creatividad, las ganas de vincularnos con otras personas y la
tendencia a explorar el mundo. En una conversación que mantuve hace varias
semanas con Jane Goodall, me contó el caso de madres chimpancés que aplican una
fórmula muy exitosa: afectividad, ser juguetonas, tolerantes y dispuestas a
poner límites.
En el fenómeno de la maternidad pueden rastrearse los
orígenes del entendimiento mutuo y la empatía. La bióloga evolutiva Sarah
Blaffer Hrdy cree que debido a la gran dependencia de las crías humanas, las
madres del Paleolítico tuvieron que ser ayudadas por otros miembros de grupo:
tías, abuelas, niños más maduros, etc. Gracias a esta organización en torno a
los bebés, la sociabilidad de nuestra especie se vio favorecida.
La cooperación de todos era necesaria para sacar adelante
a la descendencia, lo que generó mayor cohesión de los grupos y se favorecieron
los mecanismos de entendimiento. De hecho, aún hoy en día, podemos comprobar
como en sociedades menos industrializadas que la nuestra, la implicación de
toda la familia en la crianza es frecuente. En España aún quedan algunas
reminiscencias y puede que la crisis que haya hecho florecer de nuevo esta
tendencia tan ancestral.
De lo que sí podemos estar seguros es que la maternidad
ha cambiado la historia evolutiva del ser humano para siempre. A partir de ese
vínculo tan especial se han desarrollado o potenciado otras capacidades
cognitivas que hacen de nuestra especie un animal excepcional. Además, pocas
cosas en común son tan fáciles de entender para cualquier ser humano del
planeta, por diferente que sea, que la experiencia vital de haber tenido una
madre.
نظراً لاقتراب الإحتفال بعيد الأم (تواريخ أعياد الأمّ
مختلفة من بلد لآخر .. فينيق)، نستغلّ هذه الفرصة للحديث عن أساسيّات هذا الدور
الاجتماعيّ (الأمومة) خلال التاريخ التطوريّ لنوعنا الحيّ.
فبحسب نظرية حوّاء الميتاكوندريّة، انحدر كل البشر الحاليين
من مجموعة إناث قد عشن منذ ما يقرب من 190000 عام، وفي المنطقة الشرقيّة من القارة
الأفريقيّة بالتحديد.
يكمن الدليل في قطعة صغيرة من الحمض النووي DNA
الذي نمتلكه كلنا، وبكامل إتنياتنا في طول الأرض وعرضها، وينتقل عبر طريق أموميّ.
لكن، بالواقع، بدأ تاريخ الرحلة الرائعة التي افترضت علاقة الأمّ – الإبن في تطوّر البشر
ورئيسيّأت أخرى قبل ذاك التاريخ بملايين الأعوام.
فعند الثدييات، تقع مسؤوليّة الإهتمام بالصغار على الأمهات (وبنسبة تفوق 95% من الأنواع الحيّة الثديية المعروفة).
تعتبر النظريات التقليدية
ظهور الإهتمام الأموميّ لسبب إنشغال الذكور بأمور أخرى، بالإضافة إلى عدم الوثوق بقدرتهم
على الإهتمام بالصغار. فهناك ميل للصيد، مكافحة تهديدات مُحتملة، وبهذا، نتحول لآباء
يوفرون القليل من الأمن، حين يكون من الضروريّ توفير 13 مليون سعرة حرارية ضرورية
لتربية إنسان من لحظة ولادته حتى بلوغه واستقلاليته، كما حسبها الأخصائيّ بعلم
الإنسان هيلارد كابلان.
تشكِّل الأمومة نظام تحوّل أبويّ محوريّ في تكيفنا، حيث
لا تمتلكه كل الأنواع الحيّة في عالم الحيوان. فعند الأسماك، مثلاً، عادة ما يهتم
الأب بالعناية بالصغار. أما عند الطيور، فيتعاونا الأب والأم على
العناية بالصغار بشكل متساوٍ. ،لا تعتمد تلك الحيوانات كثيراً على معارف أفراد
آخرين لأجل البقاء على قيد الحياة، كالحال عندنا كبشر.
فلولا وجود الإهتمام الأموميّ، بالغالب، كنا كرئيسيّات قد
انقرضنا منذ ملايين الأعوام، أو ربما، ببساطة، لسنا النوع الحيّ الناجح الذي
نمثله اليوم. وبخلاف الحال عند حيوانات أخرى، نُولَدُ كرئيسيّات مع قليل من
الأهليّة لنسلك بجماعات معقّدة كالتي نعيش بها.
فالدروس الإجتماعيّة الأولى: نتلقاها
من أمهاتنا.
خلال زيارة حديثة لحديقة التنوّع الحيويّ في مدينة
فالينسيا، حدّثنا الأخصائيّ بعلم أحياء الرئيسيّات روبن باردو حول
تعوُّد وضع أنثى الشمبانزي حدود لسلوك صغيرها. فقد امتلك الصغير عادة سيِّئة، تمثلت بمحاولته إثبات قوتّه باستعراضات تلقفها من سلوك كبار الشمبانزي بمحيطه، لكنها خطرة
ولا تتوافق مع عمره وقدراته، ولهذا اعتادت أمه على إيقافه عند حدّه بشكل
جذريّ لإفهامه أنّ ما يقوم به ليس مناسباً. فمن الخطر عليه إيقاظ العدوانيّة لدى
ذكور بالغين، سيما لناحية غياب القدرة على المجابهة.
إضافة لأنّه من الضروريّ تعلُّم الدفاع عن النفس والحصول
على موارد المحيط. تفترض ميزة المرونة عند النوع البشريّ امتلاك فائدة في بيئات متغيرة
ومعقدة، حيث يمكننا التعلُّم من خبرات آخرين؛ لكنها تفترض ظهور ميزة سلبيّة كذلك، لأننا
نعتمد على أفراد، يخصصون جزءاً كبيراً من وقتهم وطاقاتهم لتربيتنا على مدى أعوام
كثيرة.
ينتج نموّ حسّي في العلاقة أم – إبن، سيلعب دور هامّ في
المستقبل، سواء في الحياة الإجتماعيّة كما على صعيد الحياة الشخصيّة.
ففي تجارب عديدة، نفذّها هاري هارلو حول أهميّة مرافقة الأمهات لأبنائهم عند الرئيسيّات، تمكّن من إثبات أنّ مجموعة من قرود المكّاك حديثي الولادة، قد فضّلوا البقاء مع أمهات مزيّفات مصنوعة من القماش على أمهات مصنوعات من معدن بارد، بالرغم من أنها قد حملت رضّاعات (بيبرون). (في الصورة أعلاه أمّ مكّاك مع رضيعها).
ففي تجارب عديدة، نفذّها هاري هارلو حول أهميّة مرافقة الأمهات لأبنائهم عند الرئيسيّات، تمكّن من إثبات أنّ مجموعة من قرود المكّاك حديثي الولادة، قد فضّلوا البقاء مع أمهات مزيّفات مصنوعة من القماش على أمهات مصنوعات من معدن بارد، بالرغم من أنها قد حملت رضّاعات (بيبرون). (في الصورة أعلاه أمّ مكّاك مع رضيعها).
لقد أجبرت تلك النتائج على القيام بتعديل بروتوكولات
التعامل والعلاج سواء في ملاجيء الأيتام كما في المشافي بهدف تأمين تماس أكبر مع
الصغار. لكن، هذا الدور العاطفيّ المؤثّر، لا ينحصر أداؤه بالأم والدة الصغير
بيولوجياً فقط. ففي حالة الشمبانزي الأيتام، يمكن اللجوء لشقيقة الأمّ المتوفاة، أو حتى
لأنثى شمبانزي أخرى غير قريبة من الصغير، وتقبل تحمُّل المهمة بحماس كبير.
تحافظ رئيسيّات كثيرة على الرابط الأموميّ مدى الحياة.
حيث تستمرّ علاقة قرود البونوبو مع أمهاتها لكثير من الأعوام. يحدث ذات الأمر
بكثير من المجتمعات البشريّة. حيث نزورهن من وقت لآخر، أو نتصل بهن هاتفياً
ونتيّاً. عند الشمبانزي، توجد حالات مسجّلة لعلاقات طويلة الأجل بين الأمهات
والأبناء.
على قاعدة الخبرة بعلاقة الأم – الإبن، نفسِّر ونكتشف
العالم الذي يحيط بنا.
جرى إثبات أنّ نمط الارتباط الذي نعتمده بأمهاتنا، يؤثر في
الفضول والقدرة على الخلق لدينا، كما أنّه يؤثر بالرغبة بإقامة علاقات مع أشخاص
آخرين وبالإتجاه نحو إكتشاف العالم.
إلى اليسار، العالمة جين غودول. إلى اليمين، الناشطة البيئية السويدية العالمية الشهيرة غريتا إيرنمان تونبرج Greta Thunberg
وخلال محادثة مع عالمة الرئيسيّات جين غودول ،
أخبرتني بأنّ أمهات الشمبانزي يقمن بتطبيق صيغة ناجحة جداً، تنتج عنها تأثيرات
متعددة الوجوه، يصبحوا لعوبين ومتسامحين ولديهم جهوزية لوضع حدود.
يمكن من خلال ظاهرة الأمومة، تقصّي أصول الفهم المُتبادَل
والتشاعر أو التقمُّص الوجداني. ترى عالمة الأحياء التطوريّ ساره بلافر هاردي بأنّه نظراً لحاجة صغار البشر للعناية والإهتمام، فقد توجّب على
أمهات العصر الحجري القديم الإعتماد على مساعدات من أعضاء آخرين
بالجماعة، مثل خالات، جدّات، شباب .. الخ. ونظراً لاعتماد هذا التنظيم بالعلاقة مع
الصغار، جرى تحقيق تفضيل عملية المؤانسة عند نوعنا الحيّ.
مثَّلَ تعاون الجميع ضرورة لإنتاج نسل متقدِّم، الأمر الذي
ولّد تماسك أكبر في الجماعات وفضّل آليات التفاهم. في الواقع، وبيومنا هذا، يمكننا
التأكُّد أنّه في مجتمعات غير متطورة صناعياً، مقارنة بالمجتمعات الأوروبية، إلتزام كامل العائلة بتربية الصغار شأن شائع. حتى في إسبانيا، لا يزال هناك بعض
تلك المظاهر قائمة حتى الآن، ويمكن للأزمة الاقتصادية الراهنة أن تؤدي لإزدهار هذا
الاتجاه من جديد.
ما يمكننا الوثوق به هو أنّ الامومة قد غيّرت التاريخ
التطوريّ للكائن البشريّ للأبد.
فقد تطورت أو تقوّت، إنطلاقاً من هذا الرابط
الخاص، مؤهلات معرفيّة أخرى تجعل منا حيوان استثنائيّ.
إضافة لأنّ القليل من
الأشياء العامة، هي سهلة الفهم لأيّ إنسان على ظهر كوكبنا، بينها الخبرة الحيوية
لوجود الأمّ ودورها المحوري.
ليست هناك تعليقات:
إرسال تعليق